viernes, 22 de mayo de 2009

El lamento del tanguero

De mis palabras todo,
de tus palabras nada.
En el sin fin de preludios,
me encuentro con tu llanto.
Tu llanto incandescente y lujurioso,
casi patético e inventado.
Juego de tu yo, embuido en
las penurias infantiles,
que llevan guardadas,
lamentos absurdos
Y entonces estás ahí
sin darte cuenta de nada,
creyéndote que la vida,
solo es mala contigo

¿Somos nosotros?

¿Dónde estamos?
¿Por cuánta palabrería absurda,
estamos investidos?
¿Somos nosotros?
¿El ser se desdibuja
en el presente?
Tal vez no, la retórica,
el discurso y la miseria
de una vida finita,
nos tiene atrapados.
¿Podemos atravesar una utopía,
cuando nuestra vida,
se encuentra inmersa,
en fuerzas extrañas?

Palabras

Palabras, rotas, marchitas,
despedazadas por el viento,
Y la acción que te atrapa
y te atraviesa.
¿Hacia dónde fueron esas melodías?
¿En qué refugio anidado perduran?