De mis palabras todo,
de tus palabras nada.
En el sin fin de preludios,
me encuentro con tu llanto.
Tu llanto incandescente y lujurioso,
casi patético e inventado.
Juego de tu yo, embuido en
las penurias infantiles,
que llevan guardadas,
lamentos absurdos
Y entonces estás ahí
sin darte cuenta de nada,
creyéndote que la vida,
solo es mala contigo
viernes, 22 de mayo de 2009
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