Con la naturaleza mis sentidos se acrecientan,
escucho más allá del viento y de las olas.
Huelo el olor intenso del pasto mojado,
veo la inocencia de la vida,
llamando a mi puerta.
Me siento plena y mi ser se traslada,
a un estado perenne y absolutamente primitivo.
En comunión con la Pachamama,
y en armonía con los demás seres de la vida.
miércoles, 29 de julio de 2009
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